En muchas grandes ciudades como París, Nueva York, San Francisco, Barcelona, Londres, Sydney, Toronto, etc… existen pianos en espacios públicos que invitan a los ciudadanos a tocar. Esto promueve el desarrollo y mantenimiento de la identidad cultural de la comunidad. Ofrece una oportunidad a los vecinos para relacionarse y convivir en espacios públicos. Fomenta la creación y consumo de arte local. E infunde empatía y la sensibilización de la sociedad.